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La esposa de Theo van Gogh, Johanna Bonger, – a la que todos llamaban afectuosamente Jo – da a luz un bebé el 31 de enero de 1890. Vincent, que se encuentra recluido en el hospital para enfermos mentales de Saint Paul de Mausole, recibe la feliz noticia dos días más tarde, escribiendo inmediatamente una carta dirigida a su madre en la cual expresa la inmensa alegría que ha sentido al recibir la noticia del nacimiento del bebé.

“Supongo que habrás estado, como yo, a menudo, en tu pensamiento, al lado de Jo y de Theo. ¡Qué feliz me sentí al recibir la noticia de que todo había ido bien y, sobre todo, que Wilhelmine se había quedado a su lado!”

Carta 627 a su madre Anna
Saint Paul de Mausole, 15 de febrero de 1890
Vincent van Gogh. Las cartas. Ed. Akal, S. A., 2007

El deseo de Theo y Jo es que el bebé sea bautizado con el nombre de Vincent, a pesar de que el propio pintor hubiera preferido que se llamase Theodorus  en memoria de su padre, fallecido años atrás en Nuenen. Van Gogh, embargado por la emoción, se pone inmediatamente a pintar un cuadro para regalárselo al pequeño Vincent (1890-1978). Se trata de un lienzo en el que podemos contemplar unas ramas de almendro con flores blancas dispuestas sobre un cielo azul. El almendro, cuya floración es muy temprana, es un claro símbolo del renacimiento de la naturaleza y sus flores blancas simbolizan la fragilidad de la vida – en este caso la fragilidad del recién nacido – y la esperanza. En esta obra se aprecia una marcada influencia del arte japonés – fundamentalmente de las  xilografías japonesas –  tanto por el tema tratado, el almendro en plena floración, muy del gusto de los artistas japoneses de la época, como por la manera de representar el motivo, mediante pinceladas de colores realizadas con trazos firmes y seguros.

“Yo habría preferido que Theo le hubiera dado el nombre de Pa (Theodorus), en quien tanto he pensado en estos días, en vez del mío. Pero, en fin, ahora que ya está hecho, me he puesto inmediatamente a hacer un cuadro para él, un lienzo para colgar en su dormitorio: unas gruesas ramas de almendro en flor, blanco sobre un fondo de cielo azul.”

Carta 627 a su madre Anna
Saint Paul de Mausole, 15 de febrero de 1890
Vincent van Gogh. Las cartas. Ed. Akal, S. A., 2007

Pero desgraciadamente la alegría no duraría mucho ya que Vincent sufre una nueva crisis en ese mismo mes de febrero, tardando casi dos meses en recuperarse de la misma, lo que le impidió pintar más árboles en flor como hubiera sido su deseo.

“El trabajo iba bien, el último lienzo, unas ramas en flor –verás que, seguramente, ha sido lo que hice más pacientemente y mejor, pintado con calma y con una mayor seguridad en la pincelada.
Y al día siguiente, hecho polvo como un animal. Es difícil entender cosas como éstas, pero desgraciadamente, son así. Sin embargo tengo grandes deseos de volver al trabajo…”

Carta V 628 a Theo
Saint Paul de Mausole, abril de 1890
Vincent van Gogh. Las cartas. Ed. Akal, S. A., 2007

“Caí enfermo en un momento en que estaba pintando las flores de almendro.
Si hubiera podido seguir trabajando, puedes suponer que habría hecho también otros árboles en flor. Ahora los árboles en flor están terminándose, realmente no tengo suerte.”

Carta V 629 a Theo
Saint Paul de Mausole, 29 de abril de 1890
Vincent van Gogh. Las cartas. Ed. Akal, S. A., 2007

Vincent abandona el hospital de Saint Paul de Mausole en el mes de mayo y toma un tren con destino a París, llevando consigo el cuadro para entregárselo personalmente a Theo y Jo.

“Traje un cuadro bastante grande para el pequeño de Theo y Jo – que han colgado encima del piano –, de unas ramas de almendro blancas, grandes ramas sobre un fondo azul celeste…”

Carta W 22 a su hermana Wilhelmine
Auvers sur Oise, 5 de junio de 1890
Vincent van Gogh. Las cartas. Ed. Akal, S. A., 2007

Durante su corta estancia en la capital francesa, van Gogh tiene la oportunidad de volver a ver a su querido hermano Theo y de conocer a su cuñada Jo y al bebé, mostrando todos un gran interés por la obra de Vincent.

“Lo que hace el pequeño Vincent es mirar los cuadros de su tío Vincent con gran interés – el árbol en flor especialmente, el cual está colgado sobre su cama, parece cautivarle –…”

Carta T 30 de Jo a Vincent
París, 1890
Traducción  del texto original

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